No va a ser todo entrenar. Una sesión de sauna y jacuzzi siempre es bien recibida. Y más después de un reto sobre ejercicio, tal y como fue el reto anterior.
Llevamos cuarenta y seis retos, nos queda uno más de ejercicio un poco más adelante. Ya hemos hecho alguno de baño y masaje, meditación, y lo referido a relajarse un poco y darle al botón de pausa. De eso se trata. De parar un momento y pensar que no pasa nada por no pensar un momento y dedicarte tiempo a ti.
Si has empezado el reto a la vez que las publicaciones, con el principio de año, o si lo has empezado con alguna fecha especial, y has llegado hasta aquí, son cuarenta y seis semanas de retos ininterrumpidos y sus respectivos cortafuegos. Para. Ves a una instalación que tenga la opción de sesión de sauna y jacuzzi, compra la entrada de un día, y date el homenaje. Si tienes las herramientas para poder estar leyendo este post, tienes algún dólar suelto para dedicarte un día a ti. No seas tacañ@.

Eso para empezar. Lo que sigue tal vez sea más complicado. Una vez estés dentro de la instalación, desocupa tu mente. No te voy a decir que dejes la mente en blanco, porque no sé si eso es posible, pero sí que pases rápido los pensamientos que no te generen paz. Deja espacio para los que sí te la generen. Mi favorito es pensar que soy afortunado. Tengo salud y una vida que vivir y contar. Doy las gracias cada noche antes de irme a dormir. Tengo personas a mi lado que me aman tal y cómo soy. Así que, en mi caso, con los pensamientos hago como con las personas. Mantengo conmigo las que me aman tal cómo soy y amo tal y cómo son, y dejo ir a las que, ya no es que no me sumen, sino que me restan.
Descansa tu mente. Dedícate paz.
¡Te espero en el siguiente!