

Y la rutina es la siguiente… No hay rutina.
¿Por qué? Porque cada caso es diferente. Porque considero que no se trata de aconsejar de la misma manera a alguien que, por ejemplo, viva solo, a alguien que viva en pareja y tenga tres hijos. De la misma manera que una tabla de ejercicios, o unas pautas nutricionales, no se pueden repartir para todo el mundo por igual, las rutinas diarias creadoras de hábitos milagrosos que te predisponen a una vida maravillosa no existen. Cada persona tiene que hacer de sus circunstancias su oportunidad para vivir.
Por ejemplo, a la hora de conciliar el sueño. Hay personas que son más propensas a pernoctar y levantarse más tarde, y personas que se acuestan antes y madrugan más. Son las llamadas búhos y alondras, respectivamente. Esto se desarrolla más largo y preciso en un post hablando sobre el sueño, pero me sirve para el ejemplo. La rutina milagrosa de seguir los ritmos circadianos y acostarte cuando se hace de noche y levantarte sin alarma con el Sol, me puede servir a mí que estoy soltero y no tengo hijos. Ahora dile a un papá o una mamá de dos hijos que se acueste con los ritmos circadianos, cuando “duermen con un ojo abierto” por lo que pueda pasar. No es concebible.
Estamos de acuerdo en que todo el mundo merece un paseo de media hora diaria (o lo que surja) por la naturaleza, pero ni todo el mundo tiene al lado la naturaleza, ni todo el mundo tiene media hora diaria. Y no pasa nada. Está bien. Aprovecharás los recursos que tengas el tiempo del que dispongas. Lo importante es eso, querer aprovecharlos.
¿Cómo podemos aprovecharlos? Esta es la única rutina que te voy a proponer. Diseña una. Escríbela. La noche anterior, o la mañana del mismo día, plasma en un papel o en un documento lo que tienes idea de hacer, y no te ocupes las 24 horas. Es preferible ofrecerle al cerebro la oportunidad de generar algo nuevo en ese tiempo que sobre, que no cerrarle las puertas sin dejar tiempo para nada más.
Entre estos puntos que hemos anotado, es aconsejable incluir ejercicio y un espacio para buena alimentación, como puede ser ingerir alguna fruta o comer verduras diariamente. Si una vez cumplidos todos los puntos queda espacio y tiempo para hacer algo más, se puede completar con varias opciones. Lo importante es no generar ansiedad por estar ocupando todo el tiempo con cosas por hacer. Si se hacen, siempre hablando fuera de lo que son obligaciones como pueda serlo el trabajo o el estudio, que sean para sumar comodidad y bienestar a tu situación y a la de los de tu alrededor.
En esta pantalla no te taladro más el cerebro. Te deseo un buen día si lo estás leyendo en la mañana, y una plácida noche si lo estás leyendo antes de dormir. Descansa, es importante, porque en la siguiente vamos a hacer un breve repaso por la historia del ejercicio.