Meditar diez minutos al día es una herramienta a la que todavía no se le saca el máximo partido. Yo el primero. No he meditado en mi vida, así que este reto sí que va a suponer eso: un auténtico reto.
Personalmente, sigo a Víctor, de fitness real y si bien no estamos ni cerca en cuanto a forma de entrenar ni de alimentarnos, me gusta mucho su mentalidad. En el link que te he dejado a su página tiene varios posts dedicados a la meditación.

Sin haberla practicado nunca, solo puedo suponer, y no me gusta suponer. En mi contexto se me hace complicado empezar el día meditando, ya que en mi mindset se entiende el meditar diez minutos al día como un momento de reflexión y relajación, y por la mañana me gusta activarme a la que pueda. Esto lo he comprobado cuando sigo mis hábitos y madrugo. Si los sigo, estoy activo pronto. Si no los sigo, me cuesta arrancar más que a un perezoso.
Así que, con este planteamiento, siempre había pensado en meditar diez minutos al día como una tarea nocturna. Para después de cenar, o lo inmediatamente anterior a irse a dormir. Creo que esta semana voy a probar las dos opciones. Algún día por la mañana, y algún día por la noche. Incluso, por qué no, algún medio día también.
También pienso que meditar puede ayudar a cumplir el reto número 5 y dejar las tecnologías en modo avión dos horas antes de dormir.
Obviamente, esto no va a ser ponerse y lograr meditar perfecto el día lunes ya. Como todo, es un proceso, y esto puede ser un impulso para empezar con ello y continuarlo en el tiempo.
Al final se trata siempre de sumar. Si no es todos los días, los que se pueda. Diez minutos mejor que cinco, cinco mejor que cero, los que se pueda. Si esta inercia arrastra a cumplir otros retos, ¡pues bienvenida sea la meditación!
¡Te espero en el siguiente reto!