Una mañana o una tarde sin móvil vuelve a tener como objetivo desconectar de la tecnología para reconectar con las personas y con el medio en el que vivimos.
Ya ha habido algún reto, como el del modo avión, o el del día sin redes sociales, dedicados a este objetivo. Con este reto vamos más allá. Dejar por completo de lado el teléfono. Despreocuparse del todo.
Podríamos pensar en no utilizar WhatsApp, Instagram, llamadas, mensajes de texto… Pero prefiero pensar en la oportunidad que representa no tener el teléfono cerca y pasar una mañana o una tarde sin móvil. Leer, conversar, meditar, cocinar, pasear, cantar, bailar, dormir… Tantas cosas que se ven postergadas o, incluso olvidadas, por el simple hecho de tener un teléfono al lado.

El hecho de desconectar por la mañana, te da la ventaja de despertar sin estar pendiente del teléfono y aprovechar el tiempo para cualquier actividad que tengas programada en tu vida cotidiana. Si es día de trabajo, enfocarte en el trabajo. Si es día libre, todavía más motivo para no estar pendiente de algo que nos hace de todo menos libres.
Si, por el contrario, eliges desconectar por la tarde, lo puedes enganchar para mejorar el entorno previo al sueño. Dejar el teléfono (o cualquier dispositivo) de lado por la tarde influirá en la exposición a la luz de las pantallas y favorecerá el descanso.
Al final se trata de pasar una mañana o una tarde sin móvil y disfrutar de otras actividades, o, simplemente, de ser conscientes de lo que significa estar vivos.
Espero que pongas actitud para superar este reto y te pueda ayudar con el resto de tus hábitos diarios. Si ya cumples, prueba el día entero, ¡o incluso un par de días!
¡Te espero en el siguiente!