
El título de esta pantalla es una ley biológica. Ningún animal es capaz de meter calorías en su cuerpo sin gastar ni una caloría propia en conseguirlas… Hasta hoy. Es el primer momento de la historia en el que nos podemos alimentar sin movernos más que un dedo para hacer clic. Se ha llegado al punto de tener que recomendar moverse y comer menos, cuando la mayor parte de la historia, si hubiera habido recomendaciones, serían moverse lo justo y comer lo que se pueda. Sin movimiento no hay alimento.

Con los estímulos de la vida moderna, y la adicción a la comida junto con los hábitos sedentarios, el punto de vista que concluye la mayoría de las personas es: “voy a moverme para poder comer después”. O el de “da igual que me coma ahora lo de todo el día porque luego voy a entrenar”. Es un tema importante a tratar el de la relación con la comida y el ejercicio.
El fin de esta pantalla es entender que estamos creando un contexto con todo a mano. Podemos conseguir las cosas sin esfuerzo calórico, sin utilizar energía. Si ingieres energía que no has utilizado, hay energía sobrante. Y se va a acumular. El ejercicio es parte de la alimentación. Pero este concepto no debe tergiversarse para utilizarlo como arma y comer el doble. Se debe encontrar el equilibrio entre el disfrute de la comida y el movimiento. Generalmente, mover cosas que pesan ayuda mucho. Sin movimiento no hay alimento, y adaptar el entorno en el que estamos desarrollados para generar una inercia que nos ayude, es fundamental.

Una vez se incorpora el ejercicio a la rutina, hay tres puntos a tener en cuenta a la hora de afrontar el contexto alimentario:
- Comer lo justo: Nuestros antepasados son hijos del hambre. Por lo tanto, en esta sociedad actual donde nos atiborramos de comida, chocamos totalmente con este diseño. Comer más y moverse menos son las bases de las enfermedades de hoy en día. Hoy es muy fácil conocer los requerimientos energéticos individuales. Establecer unas pautas, que no generen ansiedad, que sacien y no se disparen las calorías diarias, está al alcance de tu mano.
- Comer sano: aquí vendría la eterna pregunta… ¿Comparado con qué? Por comer sano, de primeras vamos a empezar por comer fresco. Introducir la mayoría de alimentos que no necesitan etiqueta. Priorizar legumbres, frutas y verduras. Y a partir de ahí, seguir construyendo.
- Comer variado: otro gran problema de la sociedad actual. Esta idea se explica perfecto con el concepto de embudo alimentario. Se conoce como embudo alimentario a la idea de una alimentación basada en mucha cantidad de pocos alimentos. Sociedades desarrolladas sufren mayores problemas de salud asociados a comer cantidades ingentes de casi los mismos alimentos, o el mismo tipo de alimentos, día sí día también. En cambio, sociedades menos desarrolladas, sin tanto acceso a tanta cantidad, pero con mayor número de alimentos, gozan de mejor salud. Es decir, comiendo menos cantidad de más tipos de alimentos, se genera un estado de mayor bienestar que a la inversa.

En definitiva, dentro del contexto de movimiento y alimento, se encuentra el desarrollo del individuo. Cada vez que nos movemos se genera contracción muscular, y en función de la intensidad de esta se necesitarán más o menos calorías. Es decir, la ingesta calórica depende en cierta medida de la intensidad con la que se contraigan nuestros músculos. Si variamos el origen de esa ingesta calórica, evitando el embudo alimentario, tenemos más opciones de gozar de buena salud. En las próximas dos pantallas te explico los conceptos de intensidad y embudo alimentario.
¡Te espero!