Esta semana la intensidad del reto la va a aplicar cada uno. Leer un libro en una semana puede ser algo muy bonito, o convertirse en un infierno. Vamos a abogar por lo primero. Apliquemos sentido común, y elijamos un libro con una extensión asequible para una semana. A lo mejor El Quijote no es la mejor opción esta vez.
La inercia que puede generar empezar a leer un libro va más allá de la propia lectura. Me gustaría contarte una anécdota personal. Muy breve: la mayoría de libros que leo, no me entero mucho de qué van. Son las ideas y los pensamientos que me vienen mientras los leo, lo que hace que me guste tanto leer. A lo mejor estoy leyendo sobre nutrición y me vienen formas de cocinar las legumbres, o sitios donde buscar nuevas recetas.
Esa inercia de leer y apuntar alguna idea, o leer y disfrutar de una novela, sea el estilo que sea, se transfiere al resto de hábitos en el día. Por supuesto, mientras estás leyendo un libro, totalmente sumergido en él, no estás haciendo otra cosa. Y esa inercia es imparable.

A partir de aquí, puede que nos encontremos dos escenarios:
Ya lees un libro en la semana
Perfecto. Sigue con ello, mantenlo en el tiempo. Incluso nos podrías ayudar mucho compartiendo tus lecturas con el hashtag #labrujulachallenge.
No te gusta leer
Confíame el beneficio de la duda, por favor. Solo por esta semana. A lo mejor no te gusta leer, pero te gusta escuchar podcast. Puedes empezar leyendo un libro sobre quién hace ese podcast, o sobre alguno de los invitados que lleven. O sobre alguna de tus series o películas favoritas. Seguro que así estamos más cerca de conseguirlo.
El placer no siempre está en el mero hecho de leer un libro. De abrirlo, de oler a nuevo. Muchas veces se encuentra en los escenarios que crea ese libro en nuestra mente.
¡Nos vemos en el siguiente!