Aprender una frase de un idioma del que no sepas nada es un reto totalmente diferente a lo que hemos venido haciendo hasta ahora. Eso sí, ¡Puede ser muy divertido!
Elige el idioma que quieras. No tiene porqué ser de los clásicos o de los más escuchados, aunque coincida que no sepas nada. Puedes elegir el más extraño que te parezca. En mi caso creo que voy a optar por algún africano o por el japonés. Aunque del japonés ya sé decir gracias, por lo tanto, ya sabría algo, tendría que elegir otro.
Aprender una frase de un idioma del que no sepas nada, puede quedarse en la anécdota de cumplir con este reto número 35, o quién sabe, a lo mejor es el inicio de una andadura que te lleva a dominar un nuevo lenguaje desde cero, incluso a vivir la experiencia en el propio país.

Por todos es sabido que el hecho de aprender una frase de un idioma del que no sepas nada tiene múltiples beneficios. Obviamente la plasticidad neuronal no es igual en la infancia que en edad adulta, pero nunca es tarde y siempre merece la pena el esfuerzo.
Recuerdo que, en la pandemia, los primeros días en aras de mantenerme ocupado el máximo tiempo que pudiera, empecé con el italiano cada día una media hora o tres cuartos después de comer. Se quedó en algo anecdótico ya que cuando terminaron los días de confinamiento no continué con ello, pero me sirvió para mantener la mente activa y para conocer un poco más del vocabulario italiano.
A lo mejor, cumplir este reto puede suponer también cumplir el reto número 31: hacer algo que te dé miedo. Eso, junto a otros que hayas ido adquiriendo en estas 35 semanas de año, seguro hacen de tu vida un entorno saludable y feliz.
¡Te espero en el siguiente!